lunes, 4 de mayo de 2015

Nacionalismos.


Al finalizar el siglo XIX se produjo la eclosión de los nacionalismos periféricos en Cataluña, País Vasco y Galicia, más adelante también en Valencia, Andalucía y Aragón. Surgen como Regionalismos de tipo político y cultural; siendo movimientos heterogéneos cuyo nexo de unión era la crítica al sistema de la Restauraciónsobre todo en su concepción centralista del Estado. En algunas regiones evolucionan hacia un Nacionalismo, al afirmar su naturaleza de nación y aspirar a constituir una entidad autónoma o un Estado independiente.
El catalanismo surge a partir de la renovación cultural de la “Renaixença”que reivindica la lengua y la cultura catalanas, dentro de ella se enmarcan notables escritores como Maragall o grandes arquitectos del modernismo como Gaudí. Valentí Almirall fundó el primer diario en catalán. En 1891 se creó la Unió Catalanista, primera organización política en demandar autonomía para Cataluña, que dio a conocer en las Bases de Manresa (1892) el primer programa del catalanismo: proyecto autonómico, Cortes propias y oficialidad de la lengua catalana, su ideario político era de talante conservador. A finales del siglo XIX la burguesía catalana pasó a defender este catalanismo moderado, hecho que se plasmó en 1901 con la aparición de la Lliga Regionalista, fundada por Prat de la Riba y Francesc Cambó. Este partido representaba la opción conservadora de las clases altas y medias que condenaban el centralismo pero no se oponían al modelo social existente basado en los principios de orden, tradición, religión y propiedad.
El nacionalismo vasco surge como una reacción ante la pérdida de una parte sustancial de los fueros tras la derrota del carlismo. Su máximo exponente es Sabino Arana, fundador en 1895 del Partido Nacionalista Vasco. Su ideario se basa en la defensa de la integridad cultural y étnica del pueblo vasco, adquiriendo cierto sentido xenófobo. Era un movimiento de ideas conservadoras  a favor del mantenimiento de la tradición y las costumbres. El nacionalismo vasco propugnaba desde el principio por la independencia política, posteriormente evolucionó hacia el autonomismo
El nacionalismo gallego hunde sus raíces en el movimiento cultural denominado “Rexurdimiento”, del que forman parte algunos grandes escritores del Romanticismo como Pondal o Rosalía de Castro. El galleguismo fue adquiriendo carácter político y estuvo apoyado por minorías de propietarios agrarios y comerciantes. Adquirió una tendencia tradicionalista, representada por Alfredo Brañas, quien demandó la descentralización del estado y competencias para Galicia.

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